Tratamientos
La idiosincrasia de la enfermedad requiere de un abordaje multidisciplinar con el objetivo de disminuir su gravedad y mantener la mejor calidad de vida posible para el paciente.
A día de hoy contamos con distintos tipos de tratamiento que se adecuan a las diferentes fases o etapas del padecimiento. De este modo, los brotes, o exacerbaciones agudas, son tratados mediante altas dosis de glucocorticoides que se combinan con medicamentos modificadores que poseen un carácter preventivo y que reducen la frecuencia y la intensidad de los brotes, además de prevenir la aparición de nuevas lesiones, retrasando y reduciendo así la progresión de la discapacidad adquirida.
La elección de un tratamiento modificador de la enfermedad se establece siempre mediante consenso con el especialista. Tras estudiar cada uno de los casos y atendiendo a distintos factores como el balance riesgo-beneficio, el subtipo de Esclerosis Múltiple manifestado por el paciente o el impacto en la vida cotidiana del afectado, el neurólogo determinará el fármaco que mejor se adecúe a las necesidades del paciente.
Por otro lado, con el fin de mantener la mejor calidad de vida posible para el afectado, los tratamientos agudos y modificadores de la enfermedad se combinan con distintas terapias destinadas a atajar los diversos síntomas que el afectado pueda presentar. Estos tratamientos pueden ser de tipo farmacológico o rehabilitador.